domingo, 23 de enero de 2011

Reflejos de la verdad... Sombras

Habían pasado unas 6 horas antes de que se pasara el efecto anestésico, todo seguía tan descolorido como antes y el árbol de triste semblante se mecía suavemente con la brisa, el silencio que reinaba en aquel minuto le hizo sentir que se encontraba en una película muy antigua, recordaba las últimas palabras del Kelfú y pensaba que jamás recuperaría su lengua... a menos que saliera de allí y encontrara otro Kirkin en otro lugar... pero también pensaba que no tenía idea de cómo había llegado a ese lugar... trató de hacer memoria... fuego frío... sombra marina... oscuridad... Gris...no podía recordar más "¿Habré muerto...?" " ¿Qué clase de lugar es este?... "
Comenzó a caminar y las espigas de trigo se hacían cada vez más y más grandes, o quizá él se iba encogiendo cada vez más. La brisa continuaba con su danza armoniosa. Encontró una roca y se sentó en ella, miró al cielo, trató de imaginarlo azul, cerró los ojos y pensó que en ese momento le alegraría ver el cielo de color... cualquier color, hasta un rojo apocalíptico estaría bien.
Continuó su camino, pero con el pasar de las horas notó que el paisaje se le hacía conocido, caminaba en círculos.
Se preguntó si tendría energía como para hacer algo de magia... cerró los ojos unos minutos al poco rato una sombra comenzó a alargarse desde sus pies, era su sombra. se desligó totalmente de su cuerpo y se levantó. Dem continuaba tratando de hacer magia... tras varios minutos abrió los ojos con resignación y su sorpresa fue mayúscula al ver a esta suerte de clón. Si él levantaba la mano derecha la sombra levantaba la izquierda, era realmente como un espejo. Si Dem retrocedía la sombra también, si avanzaba, si se detenía o se inclinaba la sombra también, pero había diferencias también... la sombra aun conservaba su lengua.

-¿Qué haces aquí?- preguntó la sombra en un tono de voz suave, dulce, profundo y un tanto inquietante, Dem abrió la boca.- ¿Otra vez?... espero que no haya sido el mismo...- Dem bajó la mirada.- ¿Te has visto? eres un completo desastre... ni magia puedes hacer ya.- Se sentaron con las piernas cruzadas, una que otra nube cruzaba el firmamento y el sol caía lentamente, pronto comenzaron a aparecer las estrellas. Dem miró sorprendido el firmamento que se extendía con mil antorchas ardiendo, unas más cercanas que otras- Tus ojos brillan... no puedo creer que hayas tenido que caer aquí para darte cuenta que había estrellas en el cielo... siempre has estado más preocupado de escapar de las noches, escapar de los días... escapar de ti mismo... pero no, esta vez no podrás, pues no me iré a ningún sitio, eres tú quien imita mis movimientos, tú eres la sombra esta vez.

1 comentario:

  1. la soledad se sien te y el encontrarse a símismo es como mirarse en el espejo o contemplar una sombra mas perfecta. el día que lleves estos relatos a un formato definitivo creo que serán una larga novela. realmente me admira la cantidad de seres y situaciones sorprendentes que se van sucediendo.

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