domingo, 18 de septiembre de 2011

Alfa y Omega.

Mil estrellas como mil latidos que alborotados se desprenden de mi desolado corazón, tantas palabras que creo no podré volver a pronunciar, tantas otras que nunca me di el tiempo de formular.
Calla, calla... no hay más nada que pueda hacer...

-Piensa por ti, ¿acaso crees que tú no involucras también en ti a mi?... Ah piensa lo que quieras, yo lo voy a saber de todas formas, ahora que estamos juntos, no tendrás dónde ocultarte. Por cierto, mejor será que vayas caminando, este lugar se torna muy engañoso. Levántate... ¡Vamos!
ves eso que se mueve en la distancia, parece fuego ¿verdad?.... Bueno, no lo es; son espectros danzantes. Tendremos que hacer un pequeño cambio de rumbo... ¿Cómo? no me vengas con eso de que no sabes a donde vamos... Bueno y que te importa, no te queda otra opción más que seguirme... ¡Ja! vestigio de sombra.


No logro comprender nada, ¿qué hago aquí?
¿Dónde es exactamente aquí?
¿Quién eres tú realmente?

- La pregunta correcta sería quién eres tú...

¿"Quién soy yo"?.... Yo soy Demious, creador del Reino de Algún día.
Qué más que eso para saber quien soy yo, soy un mago poderoso, ¿que otro mago ha logrado lo que yo?

- Muy bien mago "poderoso", dime por qué existe Deuz, por qué él es más poderoso que tú, por qué aun estas en el reino, después de todo lo único que has hecho todo este tiempo es tratar de salir.
No será que no eres más que otra crea-tura cualquiera de otras manos superiores.

Calla ni tú ni yo sabemos nada de lo que nos pasa, no eres tú, no soy yo, somos un nosotros, somos. Y lo que a mi también a ti... ¿No es eso? yo te cree a ti y tú me creaste a mi. No hay más.

- Pues si yo te cree, me has salido con muchas fallas...

Somos alfa y somos omega, yo te di vida y estaré allí también cuando llegue tu fin, pues también sera el mío, pero el camino entre ambos extremos no lo decido yo para ti, ni tú para mi...

- Tú lo has dicho... je, en realidad pensado... somos Alfa y Omega.

viernes, 29 de abril de 2011

El templo en el cielo.

Hermanos de sangre, protectores del templo, encargados de alejar a cualquiera que se acerque.
Con el deber de asesinar a todo aquel que represente un peligro.
Este es el destino de los Senthya...


En el punto más alto del cielo, donde los cristalinos no llegan volando, se alzó un templo en honor al viento, en su interior se encuentra una puerta que encierra un gran misterio tras dos candados.
Custodios de sus llaves son desde siempre los Senthya; clan milenario, que en los comienzos de la era antigua (en el reino) vivió en la tierra. Sus pieles blancas y sus rojos cabellos son prueba de su antiguo linaje; hijos de Heleio y Astarht. Condenados por Deuz, tras la traición de Heleio a Selene, a vivir en lo alto custodiando el templo al que todos los vientos acuden.
Generaciones tras generaciones protegieron fielmente las llaves a fin de ser perdonados para volver a su antigua vida terrena, mas, con el pasar de los años, aquella vida en la tierra se volvió meramente un mito, para los nuevos custodios no existía otra vida, otro destino, pero la juventud se caracteriza por ser rebelde.





sábado, 12 de marzo de 2011

El demonio Tock

Cuentan las voces de quienes vivieron o creyeron vivir, que hubo en un valle, ahora perdido, en el reino de algún día, una criatura malvada, un come hombres, una fiera tan salvaje que hasta Deuz temía aparecer sobre su cielo.

Tock era su nombre y sangre su alimento, de las fieras que se esconden en los rincones del Reino él era el de mayor tamaño.
Con el pasar de los años el valle en que habitaba quedó desolado.
Un día en su valle silencioso se presentó un sonido extraño, casi olvidado ya para Tock; el sonido de otra vida. Alimento, un alma nueva que eliminar, una cría abandonada, olvidada por Deuz, sentenciada a muerte en el valle del silencio.

Tock avanzó hurgando en todo rincón guiándose por el llanto del pequeño, llanto que había que silenciar, para así saciar su hambre, no podía permitir que el menor creciera, todos quienes alguna vez crecieron en aquel valle intentaron acabar con él y ello le había costado más de una cicatriz.
Abrió sus fauces y enseñó sus terribles colmillos al menor, pero este no le temía, es más haciendo el mismo gesto le enseñó sus pequeños dientes para luego reír, sus ojos platinados revelaban su procedencia, era un hijo de Selene, fruto de un amor furtivo con Heleio.
¿por qué había terminado en aquel valle?, Heleio no podía permitir que se supiera de su romance con selene, la menor de las 4 hermanas, (Luna, Deliun, Meilís y Selene: Luna la mayor, primogénita de Deuz, le siguen en el cielo sus dos hermanas Delium y Meilís, Selene solía aislarse de sus hermanas, las 4 tenían como labor vigilar las almas mortales que habitaban en el reino y dar a conocer los aconteceres a Deuz.), había que ocultar toda evidencia de aquel amor, fuera cual fuera el precio.
El pequeño sonreía apacible y era retrato vivo de su madre, Tock le contempló por un momento, alzó su mirada al cielo, solo heleio reposaba en lo alto. La sangre fresca del menor llamaba a la bestia a devorarlo, había pasado meses sin comer, pero había pasado años en la más grande soledad imaginable, el niño le sonreía, en sus ojos no había temor, no había odio, dos sentimientos que lo habían perseguido en las miradas de miles de mortales.
Mientras el come hombres se ensimismaba en las interrogantes que surgían en su mente, el niño se levantó y se abrazó a una de las zarpas de la bestia, esta asustada por aquel gesto de cariño, algo absolutamente desconocido para él, retrocedió.

Dicen los ancianos que el niño habría crecido junto a Tock, quien se habría apiadado de él, pero...
el viento cuenta otra versión; la bestia no sabía como cuidar una vida tan frágil, el menor moriría sin lugar a dudas, no comía, no bebía el agua que le llevaba Tock en sus fauces.
Selene, quien había buscado a su hijo por todo el reino, decidió ir al único lugar al que temía: "El valle del silencio", allí se encontró con la peor imagen que puede ver una madre: Su hijo muerto.

Dicen los ecos del viento que en ese mismo momento descendió Selene a la tierra y se encontró con la bestia, la cual lloraba desconsolada por la muerte del niño. La madre aprovechó el descuido momentáneo de Tock para acercarse a su hijo, si tenía suerte podría llevarlo frente a Deuz para que le diera el aliento de vida, pero cuando Tock vio a Selene, sintió por primera vez temor, temor de volver a estar eternamente solo. " No te lo llevaras de mi lado jamás" rugió y con una de sus zarpas alejó a Selene de su hijo. se acercó al menor y con lágrimas cayendo de sus ojos lo devoró.
Heleio contemplaba todo desde el cielo, Selene le suplicaba por ayuda, pero esta había sido un mero capricho para él, ni siquiera por piedad trato de ayudarle.
Selene amaba a Heleio y no podía comprender el actuar que estaba teniendo ahora, después de todo lo que habían pasado juntos.
Tock vio como lloraba Selene, quien había quedado muy lastimada y no podía volver al cielo, se acercó a ella y esta llorando le pregunto "¿por que me lo quitaste?" él respondió "por que no quería volver a estar solo", se tendió junto a la mujer y lloró, lloró hasta inundar el valle, Selene se perdió entre aquellas lágrimas y Tock quedó sumergido en ellas también.
Cuando Deuz notó la falta de la menor de sus hijas llamó a las 3 hermanas: "¡Luna, donde esta mi pequeña Selene!", Luna no podía mentir, pero no poseía la verdad, le confeso a Deuz que su hermana había estado distante de ellas, que solía frecuentar a Heleios durante los días, pero que no sabía nada más. Deuz enfurecido fue a buscar a Heleio, este le respondió esquiva mente que su hija habría bajado al valle del silencio, sin darle los detalles del porque.
El valle yacía convertido en un lago de lágrimas, lágrimas tan transparentes como el cristal, en el fondo se podía ver a Tock junto a Selene, Deuz arrojó las lágrimas al cielo, las cuales se volvieron aves, tan claras y puras como el cristal; Cristalinos.
Con un soplo devolvió la vida a su hija y al demonio que yacía a su lado, Heleio huyó en ese mismo instante, no volvió jamás al reino. Selene le pidió a su padre que no se la llevara devuelta al cielo, pues no quería estar tan lejos de su hijo, Deuz desconcertado por la existencia de su nieto no supo que responder. Selene le pidió a Tock que la devorara también a ella, Tock no lo dudo ni por un minuto, pero Deuz no logró comprender el por qué y con toda la ira digna de un dios, lanzó fuego sobre Tock, quien fue consumido rápidamente por las llamas, en su último suspiro de vida lanzó al cielo en una llamarada parte de su alma, creando un nuevo sol. Deuz se marchó de aquel lugar, jurándose a si mismo que no volvería a pasar por allí y que no volvería a permitir que sus hijas salieran solas nunca más.
Los cristalinos pasaron surcando el cielo llevándose aquel día a donde no podría regresar, se llevaron el sol, el cielo, el valle y el fuego, quedando tan solo unos cuantos huesos de la bestia.
Unos segundos en el vacío y luego lo que rodeaba aquel sitio fue la noche, eternamente la noche, en ese lugar no volvió jamás a pasar ni el sol ni los cristalinos, pasando a ser conocido como el valle oscuro, de donde se decía no se puede regresar. Pero hasta en las sombras se puede crear vida.
los niños pequeños que vivieron cerca de aquel valle prohibido siempre sintieron una gran atracción hacia aquel lugar, un día uno de ellos acompañado por un pequeño Minelvo(criatura pequeña símil a un hada), decidió ir a indagar.
Después de horas interminables cayó exhausto y perdido frente a los restos de Tock, entre ellos partes de un cráneo, el pequeño lo levantó y creyendo que era una mascara se la colocó, le tapaba la mitad derecha del rostro. una luz purpura envolvió al pequeño, convirtiéndolo en una sombra de su ser. Tock y Selene reencarnados en aquella máscara, tomando al pequeño Sihdmund como medio para desatar aquellos sentimientos que el fuego no había podido eliminar, pero este odio y rencor que comenzaban a consumir el alma de Sihdmund fueron contrarrestados con una canción, canción que tocó el pequeño Minelvo, quien se convertiría en un gran amigo para Mund.
La única forma de quitar la maldición de Tock era alcanzar "la puerta", se decía que esta estaba en el castillo y que quien la atraviese tendrá mas poder incluso que Deuz. Gobel, el Minelvo sabía muy bien esta leyenda y nada se perdía persiguiéndola, ahora debían comenzar a vagar como sombras sin dueño por el reino...

lunes, 31 de enero de 2011

Amaranth & Osdyú

Todas se habían ido, la luz se deslizaba entre los árboles dejando ver sus últimos suspiros antes de caer una vez más... la flauta se silenciaba ahora dando paso a la sinfonía natural, Amaranth cerró los ojos unos momentos tratando de retener en su mente ese minuto de quietud, una vez más vacilaba entre quedarse allí o volver a su "hogar", ciertamente se sentía mucho más cómoda en el bosque.
El crujir de una rama la sobresaltó, ella pensaba estar sola, miró con recelo a su alrededor, nada, es que aveces los árboles ocultan al bosque...
- Debe haber sido algún animal pequeño.- Se decía para tranquilizarse, a unos escasos metros a su espalda estaba la última Minfo, quien entre melodías dulces y viento se había dormido, y ahora estaba sola allí, todas sus hermanas habían partido ya. Era muy joven aun, solo tenía 20 años, a diferencia de sus hermanas, cuyas edades rondan por los 50 años, 100 años... aunque ninguna los representa, todas son a simple vista jóvenes aun, como si el tiempo se congelara para ellas al alcanzar los 26...

Ambas sentían algo de temor, una por sentirse observada y la otra por que podría llegar a ser descubierta... aunque nunca había entendido por qué no debían mostrarse... La joven Minfo intentó escabullirse nuevamente, pero aun estaba medio dormida y torpemente chocó de lleno contra un árbol, Amaranth volteó inmediatamente, de primer momento no vio nada, pero allí estaba en el piso, la más bella criatura que en su vida había visto, esta última intentaba camuflarse entre las hojas secas del piso, casi le resultó, pero su presencia era muy evidente, intentaba contener la respiración y moverse lo menos posible, pero el dolor del golpe poseía más fuerza que su voluntad en ese minuto, sus ojos lloraban, llevó sus manos hasta su nariz, comprobó que aun estuviera allí. -¿Q... Quién eres tú?.- Preguntó temerosa la joven flautista, la voz eliminó de inmediato la expresión de dolor en el rostro de la Minfo cambiándola por una de absoluto temor, se volteo rápidamente, con intenciones de huir, pero el golpe que se había dado en la cabeza la tenía algo inestable, un mareo la hizo caer una vez más, Amaranth se acercó tímidamente, aun no podía creer que existieran criaturas tan hermosas como aquella, su piel blanca parecía estar ligeramente tostada y la recorría algo semejante al musgo, dándole algunos toques verdosos, sus cabellos ondulados poseían colores otoñales, rojizos, verdes, ocres...
sus ojos entrecerrados ocultaban una mirada profunda,sincera, cautivadora, sus ojos cafés parecían un poso sin fondo encerrando en ellos un laberinto interminable.
Amaranth se arrodilló a su lado, estaban ambas temblando. - ¿Quién eres?...- Preguntó, la aludida solo siguió boca abajo limitándose al movimiento de sus ojos que escrutaban el lugar buscando el momento propicio para escapar, aunque aun estaba mareada , sentía que todo le daba vueltas, cerró los ojos y respiró profundo.
- ¿Qué clase de criatura eres?... no... no te haré daño, no tengas miedo.- En realidad con esas palabras esperaba calmarse a si misma, sentir que no era la más indefensa en ese momento.- ¿Cual es tu nombre?- Preguntó mientras acercaba tímidamente una de sus manos al rostro de la hermosa joven, su piel era cálida... Hubo un largo silencio, mientras Amaranth contemplaba el rostro y cuerpo de la joven quien por cierto poseía una silueta envidiable. Poseedora de una gran destreza y agilidad podía jactarse de ser la más rápida de todas sus hermanas, pero también era la más descuidada, no por nada se encontraba en esta situación. Suspiró y ordenó un poco sus ideas, miró fijamente a la chica que le acariciaba el rostro con sus manos frías, la situación no era tan terrible como le había dicho Nahí tantas veces.. " de lejos no parecen amenazadores... pero si te llegan a ver..."
La verdad no parecía tan malo, del rostro de la joven música se desprendía una sonrisa cautivadora.
- Soy Osdyú.- dijo finalmente, su voz era encantadora, un brillo misterioso surgió en los ojos de Amaranth, el cual se traspasó rápidamente también a los ojos de la Minfo.
- Yo soy Amaranth... dime Ann... ¿te encuentras bien?- Osdyú no sabía si debía responder aquella interrogante, por lo que decidió guardar silencio, se incorporó sentándose frente a frente con Ann, ambas se contemplaron en silencio con la luna de testigo iluminando del mismo modo que el sol un escenario esta vez nocturno.

domingo, 23 de enero de 2011

Reflejos de la verdad... Sombras

Habían pasado unas 6 horas antes de que se pasara el efecto anestésico, todo seguía tan descolorido como antes y el árbol de triste semblante se mecía suavemente con la brisa, el silencio que reinaba en aquel minuto le hizo sentir que se encontraba en una película muy antigua, recordaba las últimas palabras del Kelfú y pensaba que jamás recuperaría su lengua... a menos que saliera de allí y encontrara otro Kirkin en otro lugar... pero también pensaba que no tenía idea de cómo había llegado a ese lugar... trató de hacer memoria... fuego frío... sombra marina... oscuridad... Gris...no podía recordar más "¿Habré muerto...?" " ¿Qué clase de lugar es este?... "
Comenzó a caminar y las espigas de trigo se hacían cada vez más y más grandes, o quizá él se iba encogiendo cada vez más. La brisa continuaba con su danza armoniosa. Encontró una roca y se sentó en ella, miró al cielo, trató de imaginarlo azul, cerró los ojos y pensó que en ese momento le alegraría ver el cielo de color... cualquier color, hasta un rojo apocalíptico estaría bien.
Continuó su camino, pero con el pasar de las horas notó que el paisaje se le hacía conocido, caminaba en círculos.
Se preguntó si tendría energía como para hacer algo de magia... cerró los ojos unos minutos al poco rato una sombra comenzó a alargarse desde sus pies, era su sombra. se desligó totalmente de su cuerpo y se levantó. Dem continuaba tratando de hacer magia... tras varios minutos abrió los ojos con resignación y su sorpresa fue mayúscula al ver a esta suerte de clón. Si él levantaba la mano derecha la sombra levantaba la izquierda, era realmente como un espejo. Si Dem retrocedía la sombra también, si avanzaba, si se detenía o se inclinaba la sombra también, pero había diferencias también... la sombra aun conservaba su lengua.

-¿Qué haces aquí?- preguntó la sombra en un tono de voz suave, dulce, profundo y un tanto inquietante, Dem abrió la boca.- ¿Otra vez?... espero que no haya sido el mismo...- Dem bajó la mirada.- ¿Te has visto? eres un completo desastre... ni magia puedes hacer ya.- Se sentaron con las piernas cruzadas, una que otra nube cruzaba el firmamento y el sol caía lentamente, pronto comenzaron a aparecer las estrellas. Dem miró sorprendido el firmamento que se extendía con mil antorchas ardiendo, unas más cercanas que otras- Tus ojos brillan... no puedo creer que hayas tenido que caer aquí para darte cuenta que había estrellas en el cielo... siempre has estado más preocupado de escapar de las noches, escapar de los días... escapar de ti mismo... pero no, esta vez no podrás, pues no me iré a ningún sitio, eres tú quien imita mis movimientos, tú eres la sombra esta vez.

sábado, 22 de enero de 2011

En algún lugar... ?

Sentada en un tronco seco de un viejo árbol derribado estaba ella, un rayo de sol entraba como la luz de un foco señalando el centro de un escenario, y allí estaba ella tocando su flauta.
Había escapado de su aldea, como de costumbre, huyendo de todo aquello que tanto detestaba. Desde hace un tiempo que estaba todo muy extraño en la aldea, todos los amantes separados y las amistades quebrantadas... El ir y venir de insultos era lo que más detestaba. Antes no tenía amigos, menos los tendría ahora, se entretenía enajenándose con su música. Todos los días a la misma hora el sol entraba e iluminaba su pequeño escenario y ella daba paso a su función para este público tan especial que la rodeaba, aunque ella lo desconocía...
Aveces entre los árboles, aveces en los árboles mismos, llevaban meses acudiendo, primeramente por curiosidad, quizá para ver si podía tratarse de una amenaza, y luego para deleitarse con su ritmo, pero siempre de lejos, nunca dejándose ver. Eso habría sido un error lamentable... o eso decía Nahí.

viernes, 14 de enero de 2011

¡Fuego!... ¿ o no ?

-Los años me han enseñado a unirme con tierra y agua... he aprendido a escuchar la platica amena del viento y fundirme en él, pero ni el calor abrazador del desierto ni la llama que crece en mi alma me han enseñado a conocer el fuego; Pronto se hará de noche y no sé si con la Luna en el cielo me alcance para ver con claridad...
Me pregunto... si con la luna también volverá...

Alzó su mirada al cielo y se clavó en la luna, el sol avanzaba lentamente hacia su muerte por el lado contrario.
Recorrió con sus manos el tronco seco, lo abrazó, aun no era capaz de abarcar su contorno. Se volvió una vez más hacia la luna y extendió sus brazos, las palmas de sus manos al cielo, cerró los ojos, como quien se entrega a su sino, lentamente recorrió por todo su cuerpo una energía, como un azul intenso, como un choque invisible, sangre viva y ardiente, desde su pecho y con fuerza, un torbellino emanaba de su ser, el viento sopló un susurro.
Este ritual se había vuelto vital para Erph. Inhalo y exhalo profundamente.
- ¿... Qué deseas...?.- pronunció Viento entre interferencias y "s" alargadas.
- Quería preguntarte algo...
- ¿No sera... lo mismo... de ayer?.- Su voz se escuchaba lejana
- Sé que es lo mismo de ayer y de todos los otros días... pero... hoy ha salido la luna y se está haciendo de noche... ¿tú lo sabes verdad?... ¿volverá?
- ¿a que le temes... Erph...? la noche no será tan oscura... tu posees... luz propia...
- No me has respondido... ¿Viento?- No hubo respuesta- ¡Ah! por qué no respondes de forma concreta- Vociferó con un nudo de rabia en la garganta, no tenía ni fuerza ni ánimos como para seguir de pie, menos caminar. Se dejó caer y miró por última vez aquel día que agonizaba ante la presencia de la luna. cerró los ojos e intentó recuperar energía, lo intentaría una vez más, antes que la noche se apoderara de aquel lugar. Palmas al cielo, primero el viento se arremolinaría en sus manos, luego aparecería una pequeña esfera azulosa, luego se volvería carmesí y luego cual botón de rosa se iría abriendo... ¡Fuego!... pero no, aun no lo lograba... decidió concentrar toda su energía en una sola mano, la izquierda, la esfera era ahora más grande, azul , verde, violeta , carmesí, lentamente tomó la forma de una rosa, se abrió esplendorosa dejando caer sus dorados pétalos sobre su antebrazo.
Un dolor indescriptible lo sacó de su trance, un destelló cubrió todo a su alrededor, por unos segundos no logró ver nada, su piel estaba calcinada, rápidamente sacó agua de su morral y la vertió sobre su piel dañada, y con su mano derecha sobre la misma realizó la curación con la poca energía que aun le restaba, el agua se volvió de un tono esmeralda y su piel sanó casi por completo, aun estaba muy sensible y estaría así por varios días más, rasgó parte de su ropa y se improviso un vendaje.
los pétalos dorados yacían hechos ceniza.