viernes, 29 de abril de 2011

El templo en el cielo.

Hermanos de sangre, protectores del templo, encargados de alejar a cualquiera que se acerque.
Con el deber de asesinar a todo aquel que represente un peligro.
Este es el destino de los Senthya...


En el punto más alto del cielo, donde los cristalinos no llegan volando, se alzó un templo en honor al viento, en su interior se encuentra una puerta que encierra un gran misterio tras dos candados.
Custodios de sus llaves son desde siempre los Senthya; clan milenario, que en los comienzos de la era antigua (en el reino) vivió en la tierra. Sus pieles blancas y sus rojos cabellos son prueba de su antiguo linaje; hijos de Heleio y Astarht. Condenados por Deuz, tras la traición de Heleio a Selene, a vivir en lo alto custodiando el templo al que todos los vientos acuden.
Generaciones tras generaciones protegieron fielmente las llaves a fin de ser perdonados para volver a su antigua vida terrena, mas, con el pasar de los años, aquella vida en la tierra se volvió meramente un mito, para los nuevos custodios no existía otra vida, otro destino, pero la juventud se caracteriza por ser rebelde.